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Planificación vs. improvisación: cómo diferenciar a un buen director

Por Virginia Baldoví. Directora de Comunicación y RRII de dentalDoctors. 

Todo buen director dedica parte de su tiempo al final de un año o ejercicio a reflexionar y analizar la evolución de los meses precedentes para detectar cuáles han sido los principales éxitos y aciertos, con qué obstáculos y fallos se ha encontrado y qué objetivos no ha sido posible cumplir, y, por supuesto, a valorar los motivos que han llevado a cada una de esas situaciones para, a partir de aquí, establecer cuáles serán los elementos clave sobre los que deberá trabajar su equipo en el año que se inicia. 

Este ejercicio de reflexión, que permite poner blanco sobre negro la experiencia pasada y conduce al establecimiento de los objetivos que se desea cumplir en los siguientes doce meses, será el primer paso en la definición del plan de acción para el nuevo año. Un plan en el que, entre otras cosas, deberá contemplar, aunque sea mentalmente, las acciones que se requerirán para llevar a cabo los objetivos fijados, los recursos y medios con los que contará para cumplir con ellos, y las dificultades o imprevistos que podrán surgir por el camino.

Con todos estos elementos definidos en su mente (aunque mejor si es sobre el papel), podrá iniciar la labor de difusión entre su equipo, haciéndolos partícipes de la planificación fijada e implicándolos en su cumplimiento. De este modo, toda la clínica dental podrá trabajar en perfecta coordinación, conocedores de cuál es su misión.

En este A-B-C de la planificación, ningún paso puede faltar, pues la omisión de alguna de las etapas conduce, inevitablemente, a la confusión y, por tanto, a la improvisación. Algo que en caso del director supondrá que sus decisiones pasen a ser fruto de las vivencias u ocurrencias puntuales, dejando a la casualidad el eventual cumplimiento de los objetivos.

Una improvisación que en lo que al equipo respecta implicará además convertirlos en meros ejecutores del día a día de la consulta, desconocedores de si su trabajo debe conducir a algún resultado global, con repercusión para toda la clínica dental y por tanto para el propio futuro de la misma.

Si como director, todavía no se ha planteado hacia dónde quiere que avance su clínica dental el próximo año, y no ha establecido la planificación que le permitirá conseguirlo, dedique estos últimos días a hacer el ejercicio que le proponemos. ¡Si lo hace, y lo cumple, seguro que conseguirá hacer de 2015 un gran año! 
 


Virginia Baldoví es Licenciada en Ciencias de la Información, Sección Periodismo, y Master en Comunicación Corporativa. En la actualidad dirige el Departamento de Comunicación y Relaciones Institucionales de dentalDoctors.   

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